The Poison Oak Bush. El Roble Venenoso

The Poison Oak Bush

I did not know it was a poison oak bush, it was just a large shrub with bare branches and twigs, no leaves, but it was a lesson to be learned, painfully.

It is a story repeated over and over again throughout life, ignorance is not bliss.

I was young and the poison shrub was very large growing against a shoreline bank twenty steps from the edge of San Francisco bay.

Built within the branches and out of reach perched a bird’s nest which captured my attention and my determination to capture it. Pushing aside branches brushing my face, I plucked the empty nest and studied it on the way home. It wasn’t long before I lost interest and forgot the tiny home I plucked from a shrub.

The reaction was quick and miserable as my face swelled and itched maddingly as the poison oak took over.

I knew what poison oak looked like with leaves but not without.

My ignorance did not spare me, neither did the law of karmic reaction which presented this suffering to me for some past action.

Present with or without our knowledge are the laws governing life within the universe which are infallible, perfect, and always carried out whether I know they exist or not.

In contrast are the governments of this earth which all pass laws and then struggle to enforce them. For example, in the U.S. around 50 % of murders are cleared by arrest, while 9% of car theft is cleared by arrest and all other crimes in between leaves a staggering number of lawbreakers of every category with no apparent consequences.

Justice may not be enforced or carried out by human law but there is no escape from the perfection of the law of karma and karmic reaction. No one breaks the law and gets away with it. Everyone is caught, sentenced, and will pay the penalty.

I will without fail be awarded good results from good actions and bad results from bad actions.

Everyone’s life is a chain reaction of karma (action) and karmic reaction which leads from birth to death, birth to death, over and over again.

Religious dharma, which is not eternal, can offer different methods of atonement to nullify bad karmic reactions but will not rid the desire in the heart to continue to engage in pious and impious material activities which produce more karmic reactions.

I learned my lesson not to go near poison oak but that did not stop me from getting scratched by blackberry thorns or rose bushes or razor grass or sleeping grass or cactus.

Bhakti yoga is the only process that can completely eradicate all desire to engage in material activities which bind me to the material dimension and will also make me immune to karmic reaction.

It is very easy to engage in the process of Bhakti yoga, beginning with hearing transcendental sound below.

Govinda!

El roble venenoso

No sabía que era un roble venenoso, era sólo un arbusto grande con ramas y ramitas desnudas, sin hojas, pero era una lección que debía aprender, dolorosamente.

Es una historia que se repite una y otra vez a lo largo de la vida, la ignorancia no es dicha.

Yo era joven y el arbusto venenoso era muy grande y crecía junto a la orilla de la costa, a veinte pasos del borde de la bahía de San Francisco.

Construido entre las ramas y fuera de mi alcance, se posaba un nido de pájaro que captó mi atención y mi determinación de capturarlo. Aparté las ramas que me rozaban la cara, arranqué el nido vacío y lo estudié de camino a casa. No pasó mucho tiempo antes de que perdiera el interés y me olvidara de la pequeña casa que arranqué de un arbusto.

La reacción fue rápida y miserable cuando mi cara se hinchó y me picaba desesperadamente cuando el roble venenoso se hizo cargo.

Sabía cómo era el roble venenoso con hojas, pero no sin ellas.

Mi ignorancia no me perdonó, ni tampoco la ley de reacción kármica que me presentó este sufrimiento por alguna acción pasada.

Presentes, con o sin nuestro conocimiento, están las leyes que gobiernan la vida dentro del universo, que son infalibles, perfectas y siempre se cumplen, sepa que existen o no.

En contraste, están los gobiernos de esta tierra, que aprueban leyes y luego luchan para hacerlas cumplir. Por ejemplo, en Estados Unidos alrededor del 50% de los asesinatos se aclaran mediante arresto, mientras que el 9% de los robos de automóviles se aclaran mediante arresto y todos los demás delitos intermedios dejan a un número asombroso de infractores de la ley de todas las categorías sin consecuencias aparentes.

Puede que la ley humana no imponga ni lleve a cabo la justicia, pero no hay forma de escapar de la perfección de la ley del karma y de la reacción kármica. Nadie infringe la ley y se sale con la suya. Todos son atrapados, sentenciados y pagarán la pena.

También recibiré sin falta buenos resultados por buenas acciones y malos resultados por malas acciones.

La vida de cada uno es una reacción en cadena de karma (acción) y reacción kármica que va del nacimiento a la muerte, del nacimiento a la muerte, una y otra vez.

El dharma religioso, que no es eterno, puede ofrecer diferentes métodos de expiación para anular las malas reacciones kármicas, pero no eliminará el deseo del corazón de continuar participando en actividades materiales piadosas e impías que producen más reacciones kármicas.

Aprendí la lección de no acercarme al roble venenoso, pero eso no impidió que me arañaran las espinas de mora, los rosales, la hierba afilada, la hierba dormida o los cactus.

Bhakti yoga es el único proceso que puede erradicar por completo todo deseo de participar en actividades materiales que me atan a la dimensión material y también me hacen inmune a la reacción kármica.

Es muy fácil participar en el proceso de Bhakti yoga, comenzando por escuchar el sonido trascendental que se encuentra debajo.

Govinda!